Como un guardián de nuestras raíces, preside en la cocina del cortijo familiar de Aceites Guadalimar, un azulejo de oficio. Estas piezas de cerámica, llenas de historia y simbolismo, no solo representan el arte y la vida diaria de tiempos antiguos, sino también principios esenciales que continúan orientando nuestra labor: tradición, compromiso y sostenibilidad. En Aceites Guadalimar, donde producimos aceite de oliva virgen extra de calidad, este azulejo es mucho más que un adorno; es un símbolo de nuestra conexión con la tierra, con el pasado y con el futuro.
Azulejos de oficios: un arte con historia
Los azulejos de oficios nacieron como una solución práctica en épocas donde el analfabetismo era común. Cada diseño simbolizaba una profesión, de manera que cualquier individuo pudiera determinar qué actividad se llevaba a cabo en ese lugar mediante la captura de figuras en plena acción, herramientas y paisajes vinculados. No solo eran útiles, sino que también se transformaron en un tipo de arte popular, en el que se representaba la vida diaria y el esfuerzo constante de las comunidades a través de colores y detalles.
El azulejo que actualmente decora nuestra cocina es un modelo ideal de esta costumbre. Ilustra la labor del olivar, con figuras que hacen referencia a la recolección manual de aceitunas, una tarea que todavía continuamos llevando a cabo con el mismo respeto y protección hacia la tierra.
Antigüedad de los olivos y sostenibilidad
En Aceites Guadalimar nuestro objetivo es mantener esa armonía en nuestro trabajo, fusionando la tradición con la sostenibilidad, tal como los azulejos de oficios lo hacen. Fomenta una economía circular, nos genera un gran orgullo, a través de la reutilización de los productos derivados de la producción del aceite de oliva, minimizando los residuos y completando de esta manera el ciclo de producción.
Los huesos de las aceitunas que extraemos durante el proceso, es un gran ejemplo, estos se convierten en biomasa, la cual es una fuente de energía limpia que utilizamos para abastecer nuestras instalaciones. Además, los restos orgánicos se emplean como compost natural, devolviendo nutrientes al suelo y garantizando su fertilidad para futuras cosechas. Esto además de proteger el medio ambiente, nos garantiza que la calidad de nuestros aceites sea excepcional.
Una conexión entre el pasado y el futuro
El azulejo de oficio en nuestra cocina no es solo un recordatorio de la rica historia de la cerámica, sino también una inspiración para continuar nuestra labor de manera responsable. Al igual que los antiguos artesanos ceramistas cuidaban cada detalle en la elaboración de estas piezas, nosotros cuidamos cada paso en la producción de nuestro aceite, desde la recolección de las aceitunas en el momento exacto hasta el envasado en origen.
Esa misma dedicación se aplica a nuestras prácticas de sostenibilidad, garantizando que nuestra acción genere un efecto beneficioso en el medio ambiente. Estamos dedicados a salvaguardar nuestro olivar y darle las mejores condiciones a las futuras generaciones, al igual que las costumbres familiares han perdurado durante décadas.
Excelencia en cada detalle
En Aceites Guadalimar, creemos que cada elemento es relevante. Desde los azulejos que embellecen nuestra cocina hasta cada gota de aceite de oliva virgen extra que se reparte en su mesa, ambos perciben nuestra pasión por nuestras acciones. Nuestro aceite no solo proviene de un procedimiento artesanal, sino también de un modelo de producción ecológica que honra tanto a la tierra como al medio ambiente.
Este azulejo, con sus tonalidades y formas, narra historias, al igual que nuestro aceite cuenta la historia de la costumbre de la olivera en Andalucía. En cada detalle, desde nuestras acciones hasta nuestros productos, mantenemos la dedicación a combinar tradición, sostenibilidad y excelencia, ofreciendo a nuestros clientes un aceite de oliva de una calidad única y producido de manera consciente.